La implementación de la iniciativa Lean Seis Sigma en una organización usualmente se realiza en cuatro etapas. Las dos primeras se enfocan en la estabilización de los procesos y las dos restantes se enfocan en la optimización y robustez de los mismos y en la nivelación e integración de la producción a lo largo de la cadena de valor: desde los proveedores hasta el cliente final.
La primera etapa es la que se refiere a la instauración del orden, limpieza y la administración visual del lugar de trabajo. Esta es una etapa poco “glamorosa” a la que frecuentemente se le menosprecia su impacto. Sin embargo, con el simple orden de las cosas, la limpieza y la administración visual se controlan una gran cantidad de los factores que introducen variabilidad en los procesos. Además esta etapa sirve como elemento fundamental para las mejoras subsiguientes.
En la segunda etapa se promueve la mejora de los procesos y de la calidad. Para mejorar los procesos y la calidad que generan, primeramente es necesario identificar las acciones que no agregan valor para posteriormente eliminarlas o disminuirlas paulatinamente. Estas mejoras contribuyen decisivamente en la creación de flujo de los materiales y de la información y, como consecuencia, se disminuyen los inventarios, se liberan áreas de producción y capital de trabajo. Todo esto contribuye en la disminución de los tiempos de entrega y la satisfacción del cliente.
La mejora de los procesos y de la calidad requiere tener y mantener los equipos y maquinaria operando en condiciones óptimas, para lo que se instaura un programa de Mantenimiento Productivo Total. Con este programa y las mejoras en los procesos y en la calidad se incrementa significativamente la capacidad productiva.
En esta etapa se identifican las mejoras y acuerdan indicadores de las mismas. Para la mejora de los procesos y mejora de la calidad se utiliza una combinación de métodos y técnicas Lean Seis Sigma y para el desarrollo e implantación de un programa de mantenimiento productivo total se utilizan talleres kaizen.
La tercera etapa en la implantación de la iniciativa Lean se enfoca en los Cambios rápidos de producto y de herramentales y en la nivelación de la producción. Se identifican las oportunidades que existen en los cambios de producto y herramentales y se acuerdan metas correspondientes. A través de kaizenes se aplican las técnicas de cambios rápidos desarrollados por Shigeo Shingo conocidas por su acrónimo SMED. Los cambios rápidos permiten a su vez la producción en lotes cortos y la disminución, tanto de los inventarios en proceso, como los de producto terminado.
La Nivelación de la producción es otro de los componentes de esta etapa. Una vez que se haya logrado un significativo avance en la mejora de los procesos, de su calidad y en los cambios rápidos de productos, proponemos se proceda a nivelar la producción con la demanda. Para ello se necesita establecer relaciones estrechas de mutua conveniencia con clientes y proveedores: es decir, lograr que la nivelación de la producción favorezca tanto a clientes y proveedores como a las áreas productivas.
Aquí se hace énfasis en formas para reducir los picos y valles en la demanda, en la medida de lo posible, el movimiento de materiales eficiente y adecuado, la utilización de señales kanban para jalar la producción, etc. Los buenos pronósticos, los procesos bajo control y con alta capacidad son los elementos esenciales que permiten la nivelación de la producción. Esta a su vez permite la completa estandarización de los procesos y la reducción radical de los tiempos de entrega.
La cuarta etapa corresponde a la Integración de la Cadena de Valor. Cuando se haya alcanzado un significativo avance en la nivelación de la producción, se está en la posibilidad de integrar la cadena de valor. Es decir, se trabaja para integrar en las prácticas Lean tanto a proveedores, clientes y las operaciones de la organización. Aquí es importante señalar que se integran todas las áreas al interior de la organización, las comerciales, financieras, de diseño, si la hubiere y obviamente las productivas y todas las áreas de servicio. Por integración se entiende que todas las áreas y proveedores trabajarán para satisfacer las necesidades de los clientes, agregando valor a los procesos, con una misma visión, con métricas y objetivos alineados.
Una vez que a través de las primeras dos etapas se han estabilizado los procesos, en la tercera y cuarta etapas se optimizan o robustecen los procesos recurriendo a la metodología y técnicas Seis Sigma. Es decir, se buscan condiciones de operación que:
Cabe aclarar que las etapas no concluyen, sino que se mantienen en una fase diferente. Es decir, el orden y la limpieza, la administración visual, la mejora de los procesos, etc. nunca concluyen, coexisten con las etapas siguientes, ya que la idea central es la mejora continua y esta nunca concluye. El diagrama siguiente ilustra este y otros aspectos.
Organigrama
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